HISTORIA 3

5 COLONIA:

Colonización española de América

La colonización española de América fue el proceso por el que se implantó en el Nuevo Mundo una administración que pretendía ser imitación o duplicado de la administración peninsular contemporánea.1​ Este periodo se extendió desde 1550, hasta el 13 de agosto de 1898 siglo XIX, cuando la bandera española fue arriada en San Juan de Puerto Rico.
La colonización de América fue efectuada sustancialmente por la Corona de Castilla (ligada a los reinos indianos dinásticamente) y es la continuación de una primera expansión y experiencia colonizadora del Reino de Castilla en las Islas Canarias, en las cuales ensayó por primera vez a cierta escala la experiencia de conquistar, repoblar y administrar un territorio nuevo, habitado por pueblos desconocidos, asimilándolos y cristianizándolos en el proceso. Así, las tres últimas grandes islas de Canarias fueron completamente sometidas en los años 1478-1483 (Gran Canaria), 1492-1493 (La Palma) y 1494-1496 (Tenerife) aunque el impulso colonizador arranca mucho antes, en las otras islas del archipiélago. Esta experiencia y la existencia de fórmulas desarrolladas para solucionar los problemas de fundación de nuevas ciudades, pactos y enfrentamientos con los naturales del país, designación y atribuciones de los Adelantados militares, engranaje de los aparatos administrativos: religioso, civil y militar, fueron luego ampliamente usadas en América, tienen sus antecedentes lejanos en la experiencia de la Reconquista y repoblación de la Península Ibérica y explican en parte el extraordinario éxito de la colonización.
A partir del siglo XV, los territorios y naciones indígenas fueron incorporados por la monarquía española a través de la Conquista de América, formando parte de un proceso histórico más amplio denominado mercantilismo, dando lugar al Imperio español en América. A lo largo del siglo XIX, con la caída del absolutismo y la transformación de España en un Estado liberal, tiene lugar la independencia hispanoamericana.
Gracias a la célebre bula del papa Paulo III Sublimis Deus de 1537 que declara a los indígenas hombres con todos los efectos y capacidades de cristianos, hubo un gran contraste entre la colonización española, la anglosajona y francesa en América. 2​ En el Imperio Español la unidad social se concebía a través de la unidad de la Fe de la Iglesia católica.
Una de las importantes consecuencias de esta colonización fue el mestizaje en América. Los Reyes establecieron una política exterior común marcada por los enlaces matrimoniales con varias familias reales europeas que resultaron en la hegemonía de los Habsburgo en Europa durante los siglos XVI y XVII. Por otra parte el descubrimiento de América a partir de 1492 modificó profundamente la historia.

Extensión del Imperio español en América

El término Inquisición o Santa Inquisición hace referencia a varias instituciones dedicadas a la supresión de la herejía mayoritariamente en el seno de la Iglesia católica. La herejía en la era medieval europea muchas veces se castigaba con la pena de muerte y de esta se derivan todas las demás.
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6 VIRREYNATO
El Virreinato del Perú fue una entidad territorial situada en América del Sur, integrante del Imperio español que fue creada por la Corona Española durante su dominio en el Nuevo Mundo, entre los siglos XVI y XIX.
El inmenso virreinato abarcó gran parte de Sudamérica, incluida Panamá y algunas islas de Oceanía. Quedó fuera de él, también como bien realengoVenezuela, así como la costa atlántica de Brasil, que pertenecía al Imperio de Portugal.4
Sin embargo, durante el transcurso del siglo XVIII su superficie sufrió tres importantes mermas al crearse -con parte de su territorio- dos nuevos virreinatos de la Corona española: el Virreinato de Nueva Granada y posteriormente el Virreinato del Río de la Plata. Al mismo tiempo la colonia portuguesa del Brasil extendía sus fronteras hacia la Amazonia. A pesar de las pérdidas territoriales, todavía a principios del siglo XIX el virreinato del Perú era la principal posesión de la Corona española5​ al tratarse de una de sus principales fuentes de riqueza.
El proceso de independencia hispanoamericana inició el fin del virreinato, conflicto en el que se mantuvo en el bando realista, y funcionó como un importante bastión y centro estratégico de la Corona española en América del Sur. Esto provocó la guerra con la Provincias Unidas del Río de la Plata (creada tras la caída del virreinato homónimo), el cual por el contrario había elegido el camino de la independencia y desde 1810 enviaba fuerzas libertadoras en todas direcciones. Tras independizar la Capitanía General de Chile, el general rioplatense José de San Martín giró nuevamente su atención hacia Perú y preparó un ataque naval. La campaña fue un éxito y San Martín declaró la República del Perú, para acto seguido retirarse de su carrera militar. Aún quedaban áreas bajo control colonialista, así que continuó con la tarea independentista el general grancolombiano Simón Bolívar con la intervención de la Gran Colombia, quien utilizó el apoyo de las guerrillas peruanas y todos los recursos de logística de la sierra peruana, requisando todo lo necesario para una guerra de posiciones. Tras la batalla de Ayacucho el virreinato perdió su rumbo con solo algunos focos de lealtad a la Corona en los Andes y la costa del bajo y alto Perú. Con divisiones internas, sin auxilios de la España peninsular y prácticamente aislado del mundo, la resistencia del virreinato peruano sucumbió en 1824.

Antecedentes[editar]

Con la entrada de los españoles en la ciudad del Cuzco en 1534, concluyó la conquista militar del Perú, llevada a cabo por Francisco Pizarro, y dio comienzo el desarrollo del asentamiento español en el área dominada hasta ese momento por el Imperio inca o Tahuantinsuyo.

Creación del virreinato[editar]

Al mismo tiempo que se producía la caída del Imperio incaico se desató un conflicto entre los conquistadores. Para concluirla, el 20 de noviembre de 1542, el rey Carlos I de España firmó en Barcelona por Real Cédula las llamadas Leyes Nuevas, un conjunto legislativo para las Indias entre las cuales dispuso la creación del Virreinato del Perú en reemplazo de las antiguas gobernaciones de Nueva Castilla y Nueva León, al tiempo que la sede de la Real Audiencia de Panamá fue trasladada a la Ciudad de los Reyes o Lima, capital del nuevo virreinato.

El virrey Álvarez de Toledo

Tras casi cuarenta años de desorden administrativo, el virreinato peruano encontró a un eficiente conductor en el virrey Francisco Álvarez de Toledo, quien, entre 1569 y 1581, logró establecer el marco político-administrativo que rigió por muchos años en el Perú virreinal.
Apenas llegado a tierras peruanas, Francisco Álvarez de Toledo se informó de todo cuanto había sucedido en el virreinato y de cuáles habían sido las políticas seguidas hasta ese momento. Reconoció la inexistencia de un adecuado sistema tributario, pues no había un registro del total de habitantes del virreinato. Álvarez de Toledo realizó personalmente varias extensas visitas generales a distintas partes del virreinato y, por primera vez, se tuvo registro de los recursos humanos y naturales del Perú. Tras saber el número de posibles tributarios, estableció las reducciones, pueblos indígenas en los que se agrupaba a un número de alrededor de quinientas familias. Así se sabía con exactitud la cantidad de tributo que debían entregar.
El virrey Álvarez de Toledo impulsó la distribución del trabajo indígena por medio de la mita. Mediante el empleo de esta se proveyó de mano de obra a las ricas minas de Potosíprovincia de Charcas, productoras de inmensas cantidades de mineral de plata, y a Huancavelica, de la que se extraía mercurio o azogue, necesario para la purificación argentífera, con lo que se logró convertir al Perú en uno de los centros más importantes de producción de plata en el mundo.
Francisco Álvarez de Toledo fue el virrey más destacado del Perú, ya que, debido a sus éxitos alcanzados como funcionario, sentó las bases del virreinato peruano, pues consiguió la ordenación administrativa del gobierno y la legalidad política de todo su amplio territorio.




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